La sostenibilidad ha dejado de ser un tema accesorio o reservado a departamentos especializados. Hoy atraviesa todas las áreas de la empresa y cada vez más también el mundo académico. Lo vemos en universidades, escuelas de negocio y programas de formación corporativa, donde la demanda de contenidos relacionados con sostenibilidad está creciendo de forma acelerada.
Un reciente artículo en Diario Responsable recuerda que esta tendencia no es anecdótica: responde a una transformación real en el mercado. Las empresas necesitan comprender y aplicar criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, mientras que los profesionales buscan diferenciarse en un mercado laboral donde estas competencias se valoran cada vez más. Para las pequeñas y medianas empresas, este movimiento debería interpretarse como una señal de alerta y, a la vez, como una gran oportunidad. Si el talento se está formando en sostenibilidad, y las grandes corporaciones están invirtiendo en ello, quedarse fuera de esta ola significa correr el riesgo de quedar rezagado en competitividad.
Lo que dicen los datos
El informe Talent Forecast: Raíces para un futuro sostenible, elaborado por KPMG y NODO Talento, ofrece cifras contundentes. Según este estudio, el 85 % de las empresas reconoce que la demanda de perfiles especializados en sostenibilidad se ha intensificado en los últimos años, y el 95 % prevé que aumentará en el corto plazo. Sin embargo, el 78 % admite tener dificultades para encontrar candidatos que cuenten con la formación adecuada.
Este diagnóstico se repite en otros informes internacionales. Manpower, por ejemplo, estima que el 94 % de las compañías carece de las competencias necesarias para cumplir con sus objetivos de sostenibilidad. Y, por el lado de los profesionales, Hays revela que el 87 % ya valora la estrategia de sostenibilidad de una empresa antes de decidir si quiere trabajar en ella.
La conclusión es clara: existe una brecha creciente entre lo que el mercado demanda y lo que el sistema formativo ofrece. La formación en sostenibilidad se ha convertido en un recurso estratégico, tanto para captar talento como para garantizar la viabilidad futura de las organizaciones.
Qué está fallando en la oferta actual
A pesar del crecimiento de la oferta educativa, gran parte de los programas todavía se centran en la teoría y en los grandes conceptos. Hablan de los ODS, de responsabilidad social corporativa o de los criterios ESG, pero rara vez aterrizan en herramientas concretas, casos reales o normativas específicas.
Esto genera frustración, sobre todo en las pymes, que necesitan soluciones prácticas y aplicables a sus limitados recursos. Además, muchos programas tienen un formato largo y costoso, diseñado más para directivos de grandes corporaciones que para responsables de pequeñas empresas que buscan orientación inmediata. El resultado es que, aunque la formación aumenta, la utilidad real en términos de aplicación práctica sigue siendo limitada.
Existe una brecha entre lo que se enseña en las aulas y lo que realmente se necesita en el día a día empresarial.
Qué debería aportar una buena formación en sostenibilidad para pymes
Para cerrar esta brecha, la formación en sostenibilidad debe ser más holística y a la vez más práctica. No puede limitarse al reporting, sino abarcar las tres dimensiones del triple impacto (social, ambiental y económico).
Algunos elementos clave que debería incluir son:
- Contexto actualizado: explicar de forma clara qué significan los grandes acuerdos internacionales y la normativa europea y española, y cómo afectan en la práctica a las empresas.
- Visión transversal: mostrar que sostenibilidad no significa solo reducción de emisiones, sino también igualdad, salud laboral, gobernanza ética y viabilidad económica.
- Herramientas prácticas: plantillas de recopilación de datos, metodologías de huella ambiental, checklists de riesgos sociales o básicos de compliance.
- Normativa adaptada a pymes: centrarse en obligaciones reales como gestión de residuos, eficiencia energética, igualdad de género o reporting simplificado.
- Casos reales: ejemplos de empresas de tamaño similar que lograron beneficios en eficiencia, reputación o acceso a clientes gracias a la sostenibilidad.
- Formación flexible: programas breves, modulares, que puedan compaginarse con la operativa diaria y, si es posible, con acompañamiento práctico o asesoría puntual.
Una oportunidad para las pymes
El hecho de que la sostenibilidad haya llegado con fuerza a las aulas no es simplemente una tendencia académica. Es un claro aviso al tejido empresarial: las grandes compañías están invirtiendo en capacitarse y, tarde o temprano, trasladarán esas exigencias a toda su cadena de valor.
Esto significa que las pymes no solo deberán cumplir con nuevas obligaciones legales, sino que también estarán bajo el escrutinio de clientes que exigirán evidencias claras de su desempeño sostenible. Formarse desde ahora es una manera de anticiparse a este escenario y de ganar ventaja competitiva.
Una pyme que pueda demostrar que entiende y aplica criterios de sostenibilidad tendrá más opciones de conservar clientes, acceder a nuevos mercados y atraer talento comprometido.
En Ser Sostenibles
En Ser Sostenibles creemos que este creciente interés por la formación representa una gran oportunidad. Por eso trabajamos en diseñar programas adaptados a la realidad de las pymes, con un enfoque práctico y realista. Apostamos por formaciones que no se quedan en la teoría, sino que se convierten en herramientas de trabajo, con ejemplos aplicables y acompañamiento personalizado.
Nuestra experiencia nos demuestra que la sostenibilidad no se impulsa acumulando diplomas, sino transformando el conocimiento en acción. Cada pyme que decide formarse está dando un paso hacia una mayor competitividad, hacia una relación más sólida con sus clientes y hacia un futuro más responsable.